Soñé que en la zotehuela de mi casa estaba el mar, o algo parecido. Ahí estaba, frente a mí, enorme y profundo.
¿Por qué demonios no me pareció aquello extraño?
Tuve que aventarme a las bellas, pero peligrosas aguas para salvar dos pastillas de jabon zote. Una empresa heroica si consideramos que no sé nadar (ni en sueños).
Fue entonces que comprendí que todo era un sueño, que no había necesidad de nadar. Me levanté y caminé por la superficie del líquido. Sabiendo que no me hundiría.
Un breve dios que camina sobre el agua.
Porque desperté.
¿La vida está llena de ideales que jamás se cumplen?
1 comentario:
creo que lo que se construye a partir de un ideal es lo que finalmente lo aniquila...
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