La historia de mis noviazgos está llena de frustraciones. Salvo contadas excepciones he podido comunicarme con alguna de mis mujeres.
Casi siempre he tenido la sensación de que "eso" no es para mí...
Voy por la vida, por el metro, por la calle... buscando una mujer que sea para mí. Una mujer que me haga pensar: esto soy yo y lo que deseo.
Tengo derecho a ser cursi, reclamo ese derecho
Quiero una mujer en la que pueda pasarme media hora en su entrepierna y el resto del día descubriendo algo tan romántico como su esencia.
Quiero una mujer que no sea de mi propiedad, que yo no le pertenezca. Quiero que nuestras libertades se unan.
Soy un romántico y creo en la libertad... y a veces también en el amor.
Sólo a veces, porque la mayor parte del tiempo lo niego. Lo desprecio por su carácter placébico... Una inyección de agua pasada por antibiótico. Una inyección de nada pasada por esperanza, eternidad...
Quiero decir que empecé a escribir esto para que alguna mujer lo leyera y me escribiera: yo soy.
Soy yo, imbécil, cesa tu búsqueda.
cuál búsqueda.
del amor.
Pero ahora, le daría una bofetada y le escupiría el rostro: tú no existes, perra, eres un placebo, un producto de la sugestión. Ni tú ni tu vagina existen...
Casi siempre he tenido la sensación de que "eso" no es para mí...
Voy por la vida, por el metro, por la calle... buscando una mujer que sea para mí. Una mujer que me haga pensar: esto soy yo y lo que deseo.
Tengo derecho a ser cursi, reclamo ese derecho
Quiero una mujer en la que pueda pasarme media hora en su entrepierna y el resto del día descubriendo algo tan romántico como su esencia.
Quiero una mujer que no sea de mi propiedad, que yo no le pertenezca. Quiero que nuestras libertades se unan.
Soy un romántico y creo en la libertad... y a veces también en el amor.
Sólo a veces, porque la mayor parte del tiempo lo niego. Lo desprecio por su carácter placébico... Una inyección de agua pasada por antibiótico. Una inyección de nada pasada por esperanza, eternidad...
Quiero decir que empecé a escribir esto para que alguna mujer lo leyera y me escribiera: yo soy.
Soy yo, imbécil, cesa tu búsqueda.
cuál búsqueda.
del amor.
Pero ahora, le daría una bofetada y le escupiría el rostro: tú no existes, perra, eres un placebo, un producto de la sugestión. Ni tú ni tu vagina existen...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario