sábado, agosto 20, 2005

sueño con mujer y epílogo inconcluso (incierto)

Soñé que caminaba con una mujer por calles peligrosas y mal iluminadas. Me sentía, lo recuerdo bien, obligado a cuidarla. Y, demonios, me sentía bien con ello. Llegamos a una calle repleta de amenazantes perros bravos. Había que cruzar por ese lugar si se quería poner a salvo el pellejo. Los perros ladraban, enseñaban los colmillos, los belfos babeantes. El sueño, pues, consistía en sacar a la mujer de ahí, llevarla a salvo del otro lado de la perra calle. Recuerdo que daba brincos enormes con ella en mis brazos. Los perros mordían mis piernas. Sangraba. Y mis brincos sobrepasaban los cables de la energía eléctrica.
No recuerdo si logré sacarla de ahí. Pero ¿qué carajos nos mueve a dar brincos que superan toda lógica de las posibilidades del cuerpo humano y dejar que perros rabiosos muerdan nuestras extremidades? ¿Para qué?
Y finalmente no saber si nos pusimos a salvo.

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