Mientras escribo esto los medios masivos pregonan a diestra y sieniestra la posibilidad de que se desate una pandemia (otra) de influenza; el "gobierno" aconseja no salir a la calle y hay que quedarse en casa, en consecuencia.
En el trabajo se acumulan las quincenas y los meses sin que obtenga un solo peso, a cambio la promesa de ingresar a una nómina de la que difícilmente se sale. Y tengo que aguantar, ingresar al astillero (la idea es de Onetti) y fingir que trabajo para que finjan que me pagan. Así esta este mundo de locos y apariencias.
En cuanto a Eros, una mujer (su recuerdo, se entiende) me ha dejado poco menos que hecho mierda, sin metáforas ni tropos. Y revuelto en este guano intento resurgir como lo hiciera el lugar común de Fénix. Resurgir más hombre, más chingón, más yo. Esperar (qué dilema: esperar sin estar esperando; "dejar que las cosas fluyan", como alegremente pregona Dhebora en la bliblia).
Me espero a mí mismo recargado en un dintel oscuro...
A dónde me he de llevar...
Cronos, me pongo en tus manos (jajajajaja, ligero consuelo)...