De madrugada, preparando un proyecto, con la ilusión de ser reconocido por el mundillo literarioa, mendigando apoyo, justificando el arte, con una lata de cerveza vacía, con sueño y sin saber.
Este proyecto contempla la elaboración de entre 9 o 12 cuentos que en conjunto tendrán una extensión de entre 100 o 120 páginas. La unidad estará dada por la aparición recurrente, simbólica, de animales arquetípicos de las grandes ciudades (por ello el título del proyecto): moscas, cucarachas, ratas. Se ha suprimido al perro de esta lista porque es un animal doméstico que acompaña al ser humano en múltiples actividades, no necesariamente urbanas; además, en el inconsciente colectivo, no es un animal despreciable, al contrario: se le atiende, se le alimenta, se le acaricia la cabeza.
El proyecto tiene detrás el aforismo de Voltaire, según el cual, “la civilización no suprime la barbarie, la perfecciona”. Pretende negar la idea de que estamos separados del resto de los demás animales, al menos no por nuestras costumbres. Guarda alguna similitud con la noción de los filósofos cínicos de despreciar las costumbres humanas y aproximarse a las de los animales. Se ha elegido a la ciudad como el espacio en donde tendrán lugar las historias, pues representa la idea del progreso humano, el invento más acabado de nuestra especie (ahí el arte, la ciencia, la política, el dinero).
No me interesa la prosopopeya, las voces narrativas no recaerán en los animales, más bien éstos funcionarán como símbolos, como un recordatorio constante de nuestra inevitable condición animal, salvaje. La violencia será algo recurrente. No me refiero estrictamente a una violencia anecdótica, sino a una violencia estructural, la que resulta de las cada vez más deshumanizadas relaciones humanas. Habrá un estilo contrastante entre una elegante manera de narrar y lo narrado: bajos mundos, situaciones límite, miseria, violencia.
Este proyecto busca lo esencialmente humano, no en el progreso o la tecnología, sino en lo que de facto nos permite reconocernos, lo que compartimos con el hombre de las cavernas y el hipotético homo intergalacticus.
Bueno pues... vamos a pensar que sé lo que hago.
miércoles, abril 25, 2007
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