viernes, agosto 18, 2006

neoliberalismo NO

Salvavidas de plomo
Texto publicado en La jornada el 18 de agosto de 2006. Es un buen ejemplo de cómo el capitalismo en su faceta más salvaje, el neoliberalismo, arrasa con los países de nuestra América Latina; México no es la excepción, tras el fraude electoral se vienen privatizaciones al por mayor y aún más miseria para la mayoría de la población. No sé cuántos lean esto, pero hay que pasar la voz, organizarse, resistir.

La historia se repite con la soya transgénica y la celulosa: glorias fugaces y desdichas largas
Eduardo Galeano

Según la voz de mando, nuestros países deben creer en la libertad de comercio (aunque no exista), honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio).
Entrar al mundo: el mundo es el mercado. El mercado mundial, donde se compran países. Nada de nuevo. América Latina nació para obedecerlo, cuando el mercado mundial todavía no se llamaba así, y mal que bien seguimos atados al deber de obediencia.
Esta triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo... ¿Qué nos dejaron esos esplendores? Nos dejaron sin herencia ni querencia. Jardines convertidos en desiertos, campos abandonados, montañas agujereadas, aguas podridas, largas caravanas de infelices condenados a la muerte temprana, vacíos palacios donde deambulan los fantasmas...
Ahora es el turno de la soya transgénica y de la celulosa. Y otra vez se repite la historia de las glorias fugaces, que al son de sus trompetas nos anuncian desdichas largas.

¿Será mudo el pasado?
Nos negamos a escuchar las voces que nos advierten: los sueños del mercado mundial son las pesadillas de los países que a sus caprichos se someten. Seguimos aplaudiendo el secuestro de los bienes naturales que Dios, o el Diablo, nos ha dado, y así trabajamos por nuestra propia perdición y contribuimos al exterminio de la poca naturaleza que queda en este mundo.
Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos están viviendo la fiebre de la soya transgénica. Precios tentadores, rendimientos multiplicados. Argentina es, desde hace tiempo, el segundo productor mundial de transgénicos, después de Estados Unidos. En Brasil, el gobierno de Lula ejecutó una de esas piruetas que flaco favor hacen a la democracia y dijo sí a la soya transgénica, aunque su partido había dicho no durante toda la campaña electoral.
Esto es pan para hoy y hambre para mañana, como denuncian algunos sindicatos rurales y organizaciones ecologistas. Pero ya se sabe que los paisanos ignorantes se niegan a entender las ventajas del pasto de plástico y de la vaca a motor, y que los ecologistas son unos aguafiestas que siempre escupen el asado.

Los abogados de los transgénicos afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana. En todo caso, tampoco está probado que no la perjudiquen. Y si tan inofensivos son, ¿por qué los fabricantes de soya transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que venden lo que venden? ¿O acaso la etiqueta de soya transgénica no sería la mejor publicidad?
Y sí que hay evidencias de que estas invenciones del doctor Frankenstein dañan la salud del suelo y reducen la soberanía nacional. ¿Exportamos soya o exportamos suelo? ¿Y acaso no quedamos atrapados en las jaulas de Monsanto y otras grandes empresas de cuyas semillas, herbicidas y pesticidas pasamos a depender?
Tierras que producían de todo para el mercado local, ahora se consagran a un solo producto para la demanda extranjera. Me desarrollo hacia fuera, y del adentro me olvido. El monocultivo es una prisión, siempre lo fue, y ahora, con los transgénicos, mucho más. La diversidad, en cambio, libera. La independencia se reduce al himno y a la bandera si no se asienta en la soberanía alimentaria. La autodeterminación empieza por la boca. Sólo la diversidad productiva puede defendernos de los súbitos derrumbamientos de precios que son costumbre, mortífera costumbre, del mercado mundial.
Las inmensas extensiones destinadas a la soya transgénica están arrasando los bosques nativos y expulsando a los campesinos pobres. Pocos brazos ocupan estas explotaciones altamente mecanizadas, que en cambio exterminan los plantíos pequeños y las huertas familiares con los venenos que fumigan. Se multiplica el éxodo rural a las grandes ciudades, donde se supone que los expulsados van a consumir, si los acompaña la suerte, lo que antes producían. Es la agraria reforma: la reforma agraria al revés.

La celulosa también se ha puesto de moda, en varios países. El Uruguay, sin ir más lejos, está queriendo convertirse en un centro mundial de producción de celulosa para abastecer de materia prima barata a lejanas fábricas de papel.
Se trata de monocultivos de exportación, en la más pura tradición colonial: inmensas plantaciones artificiales que dicen ser bosques y se convierten en celulosa en un proceso industrial que arroja desechos químicos a los ríos y hace irrespirable el aire.
Aquí empezaron siendo dos plantas enormes, una de las cuales ya está a medio construir. Luego se incorporó otro proyecto, y se habla de otro y de otro más, mientras más y más hectáreas se están destinando a la fabricación de eucaliptos en serie. Las grandes empresas internacionales nos han descubierto en el mapa y se han brotado de súbito amor por este Uruguay donde no hay tecnología capaz de controlarlas, el Estado les otorga subsidios y les evita impuestos, los salarios son raquíticos y los árboles brotan en un santiamén.
Todo indica que nuestro país chiquito no podrá soportar el asfixiante abrazo de estos grandotes. Como suele ocurrir, las bendiciones de la naturaleza se convierten en maldiciones de la historia. Nuestros eucaliptos crecen diez veces más rápido que los de Finlandia, y esto se traduce así: las plantaciones industriales serán diez veces más devastadoras. Al ritmo de explotación previsto, buena parte del territorio nacional será exprimido hasta la última gota de agua. Los gigantes sedientos nos van a secar el suelo y el subsuelo.
Trágica paradoja: éste ha sido el único lugar del mundo donde se sometió a plebiscito la propiedad del agua. Por abrumadora mayoría, los uruguayos decidimos, en el año 2004, que el agua sería de propiedad pública. ¿No habrá manera de evitar este secuestro de la voluntad popular?

La celulosa, hay que reconocerlo, se ha convertido en algo así como una causa patriótica, y la defensa de la naturaleza no despierta entusiasmo. Y peor: en nuestro país, enfermo de celulitis, algunas palabras que no eran malas palabras, como ecologista y ambientalista, se están convirtiendo en insultos que crucifican a los enemigos del progreso y a los saboteadores del trabajo.
Se celebra la desgracia como si fuera una buena noticia. Más vale morir de contaminación que morir de hambre: muchos desocupados creen que no hay más remedio que elegir entre dos calamidades, y los vendedores de ilusiones desembarcan ofreciendo miles y miles de empleos. Pero una cosa es la publicidad, y otra la realidad. El MST, el movimiento de campesinos sin tierra, ha difundido datos elocuentes, que no sólo valen para Brasil: la celulosa genera un empleo cada 185 hectáreas y la agricultura familiar crea cinco empleos por cada diez hectáreas.
Las empresas prometen lo mejor. Trabajo a raudales, millonarias inversiones, estrictos controles, aire puro, agua limpia, tierra intacta. Y uno se pregunta: ¿por qué no instalan estas maravillas en Punta del Este, para mejorar la calidad de vida y estimular el turismo en nuestro principal balneario?

lunes, agosto 07, 2006

fraude 2006

Es cada vez más evidente que hubo un fraude electoral en las elecciones presidenciales del 2 de julio. Científicos de varias universidades (la UNAM, sobre todo) han comprobado ya que los números dados por el IFE tanto en el PREP como en el propio cómputo distrital muestran la parcialidad de una institución que debería estar fuera de toda duda. Las ligas entre el consejero presidente y el candidato del PAN están a la vista de todo el mundo. Millones de personas nos manifestamos en la capital de la República en contra de esta simulación electoral. Pero aún así, la versión oficial sigue siendo que las elecciones fueron limpias. INCREIBLE. Las televisoras ponen a López Obrador como un mal perdedor que toma calles por simple capricho y a la vez se erige a Feli-pillo como un demócrata triunfador y pacífico. Esto es peligroso por varias razones, pero la más importante es que se está polarizando a la sociedad lo que irremediablemente terminará en violencia. Se quiere "construir" un país alterno en donde la mayoría de la gente no existe, pero a la que se quiere manipular por medio de spots televisivos y mentiras.
Felipe incitó a la violencia, al odio, al miedo durante su campaña política, pero, en esa misma dinámica, le será mucho muy difícil, sino imposible, detener el alud de suspicacias y opiniones en las que es, cuando menos, un farsante. La campaña publicitaria "si no votas, cállate", entre otras (tienes el valor o te vale), se le está revirtiendo a las televisoras pues fomentaron una participación que quieren contener.
Por otro lado, pasear por los campamentos en contra del fraude electoral, crea emociones distintas, por un lado se ve, por fin, a un pueblo participativo que da alegría, levanta la mano, opina; pero por otro hay una enorme inconformidad y frustración de ver que sus gritos no son escuchados por la clase política del país.
El tribunal electoral decide abrir sólo el 9% de las casillas, en una clara muestra de desprecio a lavoluntad de millones de personas, que no piden un absurdo, sino simplemente tener la certeza de que viven en una democracia, al menos una democracia de partidos. Con argumentos legaloides ofrecen una moneda de baja denominación y hacen crecer las suspicacias. Lo que ahora impera, entre la gente, es que ya todo está arreglado, el ife y el pan metieron las manos en las urnas que se van a contar voto por voto.
Vaya, ni siquiera los panistas se creen la limpieza en los comicios; he platicado con algunos panistas confesos (en realidad en contra de lópez obrador por la mierda que les metió la televisión) y dicen que no les importa el fraude, lo importante era ponerle piedras al señor lópez. Me impresiona ese argumento, porque me lo han dicho personas tan jodidas como yo.
Pero, me da alegría, sé que Felipe no podrá vender el país, si la gente sigue participando hasta ahora.
Por un frente anti-felipe.
Y por el voto por voto, casilla por casilla.